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COP22 y el futuro de la Estrategia Española de Cambio Climático



Un año después del Acuerdo de París, la Conferencia de la Partes, el órgano supremo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), se da cita en la COP22 en Marrakesh para revisar avances. Además de las Partes, o delegaciones autorizadas a negociar en nombre de su gobierno, acuden a la cita empresas e inversores, ONGs y gobiernos locales para ejercer presión política, hacer de observadores o promover sus intereses. Se organizan en estands, charlas y manifestaciones y se cercioran de que su mensaje sea claro y llegue al mayor número posible de personas.
  
Entrada COP22 Marrakesh | Activistas



No todos los países tienen un estand, pero el que lo tiene lo usa como escaparate para sus políticas y proyectos climáticos (Malasia, EAU); lo cede para debates a asociaciones y empresas del país (Brasil); o ambas cosas (India). Otros pabellones, como el de África, crean un espacio de apoyo en el que el público se puede reunir, cargar dispositivos electrónicos y usar internet. En cualquier caso, para la mayoría de los pabellones parece primordial tener un estand relativamente atractivo con funciones que atraigan al público. Para casi todos menos para uno: el español. 

El pabellón de España no presenta ningún proyecto, no organiza ningún evento público y permanece cerrado durante toda la COP; sin ningún cartel que explique cuál es el plan y sin redirigir a los visitantes a otro sitio, aunque sea virtual (foto abajo). La presentación resulta inexplicable entre otras cosas porque bastaba colgar un cartel, abrir la puerta y poner a una delegación dentro dispuesta a responder preguntas, como ha sido el caso del pabellón de la República Democrática del Congo. 

Aquí surge la curiosidad de saber qué está exactamente haciendo España con su política de cambio climático, para que no merezca la pena hablar de ella en foros internacionales. ¿Es realmente tan insignificante como el estand español parece indicar?


Pabellón India | Pabellón EAU


Pabellón Nórdico | Pabellón Malasia

Pabellón Brasil | Pabellón África
Pabellón España | Pabellón RDC
 
Para valorar la estrategia de cambio climático española parto de su hoja de ruta, la Estrategia Española de Cambio Climático y Energía Limpia del 2007 que describe las principales actuaciones en curso, y mido su progreso con los indicadores definidos por la oficina de cambio climático. Utilizo una plantilla diseñada por la iniciativa Sustainable Canada Dialogues para hacer lo mismo con la política climática canadiense. En ella comparo los últimos datos oficiales de cada indicador, que son del 2015, con los del año anterior: si son mejores, apunto un "avance" para el indicador y si son peores un "retroceso". El panorama emergente es claro: la Estrategia Española de Cambio Climático no está cumpliendo la mayoría de los objetivos que se marcó (tabla 1). 
Tabla 1. Progreso de las principales actuaciones de la Estrategia Española de Cambio Climático medido por los indicadores definidos por la oficina de cambio climático.
Para facilitar la lectura se omiten aquí las notas con las fuentes. 




  
¿Es España la única en Europa en no cumplir objetivos? ¿Cómo compara la actuación española con la de otros países europeos? 

España, como miembro de la UE, sigue las directrices europeas de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI). La UE se ha comprometido en el Acuerdo de París a una Contribución Prevista y Determinada a Nivel Nacional (INDC, por sus siglas en inglés) que supone una reducción del 20% de las emisiones para el 2020 con respecto a los niveles de 1990, y de un 40% para el 2030. Algunos países miembros consideran estas Contribuciones (INDCs) insuficientes y voluntariamente se han puesto metas más ambiciosas como es el caso del Reino Unido, Alemania y Suecia (tabla 2). 
Tabla 2. Comparación de estrategias y logros de las políticas de cambio climático de 4 países europeos


 
La comparativa en la tabla 2 muestra que:
1. España está lejos de alcanzar en el 2020 el objetivo de reducir sus emisiones GEI un 20% respecto al 1990, mientras que Reino Unido, Alemania y Suecia ya han cumplido - y superado - estos objetivos.
2. España no usa todas las posibilidades a su alcance para gravar las emisiones de carbono, ni invierte todo lo que recauda por esta vía en mitigar el cambio climático.
3. España es uno de los países europeos que menos invierte en I+D (1,2% del PIB) y en financiación climática.

Esta negligencia climática y aparente falta de compromiso sin duda pasará factura a España. Según la Agencia Europea de Medio Ambiente los impactos principales del cambio climático en la región mediterránea están siendo el aumento de temperaturas extremas, la reducción de precipitaciones y del caudal fluvial y un menor rendimiento de los cultivos. Revertir la situación española para empezar a alcanzar los hitos marcados, es posible desde un punto de vista técnico. Hay 3 acciones que ayudarían a España a encarrilar sus objetivos climáticos:


1. REDUCIR EMISIONES EN LOS SECTORES ELÉCTRICO Y TRANSPORTE 

España necesita reducir sus emisiones a un ritmo del 13% anual en los próximos 3 años para alcanzar los objetivos del 2020 (gráfico 1). Una reducción similar ya se experimentó entre el 2008 y 2009, por lo que no es algo imposible.

Gráfico 1. Evolución de las emisiones GEI tomando como referencia el primer año de la serie (1990). Grafico: MAPAMA modificado para incluir la prevision hasta el 2020. Sin datos para el 2016.


  
El mayor emisor en España es el sector eléctrico, seguido del transporte en carretera.  El eléctrico es un sector regulado y sujeto al derecho y comercio de emisiones; aporta el 39% de las emisiones totales en España. El transporte es parte de los sectores difusos, que no están sujetos al comercio de emisiones y son libres de emitir gratuitamente. El transporte en carretera es responsable del 95% de las emisiones en el sector transporte. 






Las emisiones en el sector eléctrico derivan del consumo de carbón para la generación eléctrica. El consumo de carbón depende a su vez del precio del carbón. Un aumento del precio del carbón, disminuye su consumo y en consecuencia, las emisiones. Esto se vio en el 2008 cuando el precio del carbón internacional alcanzó un pico máximo de 120 $/t: la generación con carbón se redujo un 25,3% y las emisiones GEI del sector eléctrico un 21%. O cuando en 2015 pasó lo contrario: el bajo precio del carbón, 62 $/t, llevó a un aumento del 23,9% en la generación con carbón, y en consecuencia, de las emisiones GEI.  

El Reino Unido redujo en 2015 el consumo de carbón en un 33% y las emisiones GEI un 4%, después de introducir en 2013 el Carbon Price Floor o CPF, un mecanismo en el que los generadores de electricidad pagan un canon adicional por tonelada de CO2 emitida. 

Las emisiones del transporte en carretera también se ven afectadas por el precio del combustible. En 2009 se redujeron un 5,2% debido al aumento del coste del combustible y a la reducción de desplazamientos por efecto de la crisis. Otros países han reducido estas emisiones penalizando los combustibles fósiles (CO2 Tax Suecia); fomentando el uso del transporte por ferrocarril con incentivos económicos (1); aumentando la inversión en proyectos de transporte futuro (Alemania y RU); e impulsando el uso de vehículos eléctricos como Noruega (2).
  
2. GENERAR INGRESOS ADICIONALES A TRAVÉS DE UN IMPUESTO SOBRE EL CARBONO Y UNA GESTIÓN CREATIVA DE ACTIVOS DE CARBONO FORESTALES 
La medida más eficiente para reducir el consumo de combustibles fósiles es el impuesto sobre el carbono Carbon Tax en inglés. Aunque no son muchos, sí son ya unos cuantos los países que han aplicado la medida variando mucho el precio por tonelada de CO2 emitida. Suecia es el país con el gravamen más alto, con 137€ /tCO2eq. En Reino Unido el canon adicional a los generadores de electricidad (Carbon Price Floor) es de 21€ /tCO2eq mientras que el precio medio del derecho de emisión (ETS, por sus siglas en inglés) en la UE es de 5€ /tCO2eq.
  
En 2016 el Reino Unido ingresó 2.025 millones de libras (2.275M ) con el Carbon Price Floor, cuatro veces más de lo que obtuvo ese mismo año por derechos de emisiónSuecia, cuyos ingresos por el impuesto de carbono han sido de €2.470 M en 2016, ha disminuido sus emisiones un 25% desde que en 1991 introdujo su impuesto sobre los combustibles fósiles.


Mapa de las iniciativas para gravar las emisiones de carbono: Régimen de Comercio de Derechos de Emisión (ETS) e Impuesto sobre el Carbono (Carbon Tax). Fuente: State and Trends of Carbon Pricing 2016, Banco Mundial
  
Lo más eficiente para combatir el cambio climático es reducir las emisiones y como se ha dicho antes, un impuesto sobre el carbono ayuda a reducirlas. El paso siguiente es compensar las emisiones que no pueden ser evitadas. El Acuerdo de París reconoce que algunos países o sectores, como la aviación, solo podrán o querrán cumplir con sus compromisos de reducción emisiones (INDCs) comerciando el exceso de las mismas, e introduce en su Artículo 6 un marco jurídico para un mercado de carbono entre países. En este Mercado de Carbono se comercian créditos o bonos de carbono. Un bono o crédito de carbono es un término genérico para cualquier certificado comerciable que represente el derecho a emitir una tonelada de dióxido de carbono u otro gas de efecto invernadero con masa equivalente. Hay varios sistemas de certificación así como varios tipos de créditos. 

Dentro del Mercado Voluntario de Carbono, es decir, el que facilita a entidades y personas que no estén dentro de los sectores regulados compensar voluntariamente sus emisiones, el sistema de certificación más reconocido es el Gold StandardLos VER, del inglés Verified/Voluntary Emission Reductions, en español Reducción de Emisiones Verificada/Voluntaria, son créditos generados por proyectos de pequeña o gran escala que capturan carbono y se utilizan para compensar -voluntariamente- las emisiones directas de dióxido de carbono como las generadas por la aviación o el transporte en carretera. La demanda de estos créditos es superior a la oferta y aunque esto debería conllevar un alto precio de los mismos, al ser, todavía, un mecanismo no regulado y voluntario de compensación, el precio de un crédito de carbono suele ser de 5 a 10€ t/CO2eq. 

La deforestación evitada y, en menor medida, la reforestación en estado avanzado son las principales fuentes de absorción carbono para los VERs. 
Los bosques naturales que se mantienen intactos son un sumidero de carbono, es decir, los árboles en crecimiento atrapan más carbono mediante la fotosíntesis del que liberan los árboles muertos. Los bosques almacenan continuamente carbono aumentando su biomasa y en el suelo. Los árboles grandes y de mayor edad eliminan de la atmósfera más carbono que los jóvenes. De los 10.400 millones de toneladas de carbono extraídos de la atmósfera cada año por bosques, 4.400 millones de toneladas son absorbidas por bosques maduros."  Extracto de Why Forests? Why Now? de Frances Seymour y Jonah Bush

Existencias de carbono en la biomasa forestal

España es con 27,7M de hectáreas el segundo país europeo detrás de Suecia con mayor superficie forestal total (datos 2010). También es el país europeo con mayor incremento de superficie arbolada con un ritmo anual del 2,19% desde 1990. Aunque su biomasa forestal es inferior a la media, sus existencias de CO2 fijado son de 3.753M de toneladas, con un incremento de 54M t/año (ver tabla 1).

España tiene margen para usar sus recursos de carbono fijado en bosques de una manera creativa que aporte ingresos adicionales y/o compense parte de las emisiones nacionales. El carbono contenido en los incrementos anuales de superficie de bosque y en la deforestación evitada, ¿no podría estructurarse para VERs? 
  

3. PLAN DE ACCIÓN E INVERSIÓN 
Generar ingresos adicionales es casi tan importante como saber invertirlos. Alemania ha creado un fondo especial, el Energy and Climate Fund (EKF, por sus siglas en alemán), para proveer financiación adicional a proyectos de electromovilidad, eficiencia energética y energías renovables entre otros (tabla 2). La casi totalidad de los ingresos del comercio de emisiones se transfieren a este fondo que se gestiona independientemente. 

Un fondo similar (SPV en el gráfico 2) que actuara en apoyo del plan climático, sería una herramienta crucial para avanzar los objetivos climáticos españoles. Inicialmente se pueden desviar a este fondo los ingresos del comercio de emisiones que más adelante pueden ser suplementados con otros ingresos climáticos (ver punto 2.). El fondo puede financiar desde acciones pequeñas, como la comunicación, a apoyar la I+D y la eficiencia energética. Este tipo de estructura, transparente, en directa relación con los proyectos y abiertamente comprometida con la acción climática, no solo avanzaría la agenda climática sino que posicionaría mejor a España en la lucha global contra el cambio climático. 

Permitiría también el acceso a iniciativas de inversión en el desarrollo tecnológico como Breakthrough Energy Ventures, el vehículo financiero liderado por Bill Gates para apoyar Mission Innovationuna iniciativa de 22 países y la UE. España, como miembro de la UE, es parte de Mission Innovation pero al no haberse comprometido a doblar su inversion en I+D de energías limpias, queda excluida de las inversiones del fondo

Las ventajas climáticas y sociales de un planteamiento similar, son obvias. 

Gráfico 2. 

Evento
COP22, Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático | 7-18 noviembre 2016 | Marrakesh, Marruecos

Notas
Este artículo es parte del documento "Evaluación de la Estrategia Española de Cambio Climático" de enero 2017. 
1. El precio de un billete “promo” en AVE Madrid - Barcelona (621km) es de €57,60. En Italia, un billete en Frecciarossa (el equivalente al AVE) Milán - Nápoles (657km) cuesta €39,99. La distancia recorrida es similar, el billete italiano cuesta un 30% menos, a pesar de que el kilometro construido de alta velocidad en Italia cuesta 61M€ y en España 10M€. 
2. Noruega ha conseguido que el 23% de su parque móvil sea  eléctricoproporcionando incentivos como exención de IVA y acceso al carril bus. 

Fotos gráficos por PS
Imagen cabecera: Ola de Calor 2014, NASA

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